Feng Shui significa Viento y Agua, un arte milenario chino, con más de 4000 años de antigüedad. Es fruto de la práctica de la observación de los ciclos de la naturaleza, de sus formas, sus colores, su armonía.
Cuenta la leyenda que un poblado chino que vivía a orillas de un río desarrolló esta técnica de ordenar y disponer los elementos en el hogar atendiendo a las corrientes del agua, el sol, la lluvia, el viento, con el fin de convivir con la naturaleza y evitar sufrir inundaciones por el río o el derrumbamiento de sus casas por las fuertes ventiscas. Así fué, cómo interesándose por la naturaleza y su forma de comportarse, aprendieron a construir y decorar aliándose con ella.
La cultura oriental, es la primera que ha entendido que la tierra y cada vida de este planeta, somos una parte parte del espacio, que forma el cosmos y en el que estamos conectados por la energía del universo. Así nuestra salud, los nuestros pensamientos y emociones, tienen un lazo con la tierra y la energía que nos une a todos.
Aplicando el estudio del Feng Shui, mejoramos nuestro hogar a través de la arquitectura, el diseño y la decoración de nuestro entorno.
El Feng Shui está basado en el Taoísmo y la corriente filosófica de Confucio. El Confucianismo habla del ser humano como parte del universo, de modo que todo lo que pasa en el cosmos, nos afecta, interviene en nuestro bienestar, en nuestras emociones, en nuestra felicidad. El Taoísmo, defiende que el camino de la vida se entrelaza entre el ser humano y la suerte del cielo y la tierra. De estas dos teorías surge la búsqueda del equilibrio del ser humano como parte de la naturaleza y los elementos primordiales de la tierra, agua, viento, tierra y fuego
Hablamos del Chi, la energía de la naturaleza, la que nos acerca o nos aleja de nuestro propósito como ser del cosmos. Es a través del Feng Shui dónde podemos conectar con el Chi, así como con meditación, yoga, pranayamas y más técnicas orientales enfocadas en la importancia del momento presente y la búsqueda de la paz interior y la felicidad. Para entender el Chi, hemos de conocer la importancia de el Viento y el agua, y cómo se comportan estos elementos e intervienen en nuestra vida y nuestro día a día.
El Chi es esa gran energía que nos une al universo y a fluir con él, y es a través del Feng Shui que conectamos nuestro hogar con el propósito del Chi.
El Ying y el Yang
El Chí se divide en dos elementos, el Ying y el Yang, son dos partes opuestas pero que se complementan, en estos principios vamos a basar gran parte de la implementación de los principios del Feng Shui.
El Mapa Bagua
Es un octógono en el que se representan los puntos cardinales y los diferentes canales por los que se mueve la energía.
Necesitamos conocer la orientación de las estancias de nuestro hogar para entender cómo se ha de realizar el proyecto de interiorismo.
Cada espacio se identifica con un tipo de energía, aquí te los contamos:
- Norte: carrera, trabajo y vida. Agua que fluye. Riñón, huesos, vulva y oído.
- Noreste: autoconocimiento, intelecto, conexiones. Tierra, globo terráqueo. Estómago, pecho, manos.
- Este: antepasados, familia, salud. Maderas, plantas. Ligamentos, piernas, pies.
- Sureste: finanzas, fortuna, prosperidad. Madera y fuentes de agua. Huesos, cadera.
- Sur: prestigio, reputación, reconocimiento. Fuego. Corazón, arterias, ojos.
- Suroeste: relaciones, amor. Tierra. Pecho, estómago, órganos internos.
- Oeste: creatividad, hijos, dinero. Metal. Nariz, cabello, boca.
- Noroeste: viajes, amigos, benefactores. Metal. Pulmones, piel, cabeza.
De este modo, el mapa bagua en un plano se representaría así:
Seguro que te ha parecido súper interesante y estás deseando aprender más sobre este tema tan apasionante. Nuestro estudio es experto en Feng Shui y podemos ayudarte a crear un espacio armónico y saludable.
¡Muchas gracias por leer este post!